Este gallo tuvo un origen misterioso y mucho es lo que se ha hablado al respecto pero lo cierto es lo que les escribiré a continuación.
Lo prestó el gran criador el Dr. Sven Erickson Correa, que lo vio por primera vez en el criadero de gallos de navaja del señor Jano Romero y le impresionó de sobremanera. El Dr. Erickson lo pidió prestado luego de verlo en un tope contra un gallo navajero dando muestras de grandes condiciónes combativas.
El Dr. Erickson se lo presta a los tres sauces viejos, a mis tíos Carlos y Abelardo León de la Fuente y a mi padre Marco de la Fuente Salcedo. Este gallo se lo pusimos a las gallinas que teníamos en ese entonces que eran por un lado animales que procedían de San Pedro de Lloc, de mis primos Gavidia y por otro lado a las gallinas que mi padre había adquirido de un gran criador chiclayano que vivía en Lima, el señor don Eusebio Bravo. Él era el jefe de la aduana del Callao y conocido criador era considerado quizás el mejor criador nacional de esa época.
Era socio de dos grandes galleros y señores como eran don Pedro Rivadeneira, chiclayano y don Jorge Juan Pinillos de Trujillo, ambos con muy buenos contactos en el extranjero y que hicieron muy buenas importaciones de gallos orientales de gran calidad de tipo Asil y también gallos Shamos venidos en la inmigración japonesa de la isla de Okinawa. Este era el tipo de gallo dominaba las gallistica de esa época.
El Júpiter era un gallo Gallino pinto flor de haba y pesaba 4.10 libras. Le pusimos las gallinas antes mencionadas y salieron como 18 o 20 pollos que llegaron a adultos. Desde los primeros topes vimos que habían ligado muy bien con nuestras gallinas y eran animales de un gran acierto. Posteriormente ya cuando estuvieron para pelear los peleamos y fueron unos ganadores consistentes y de grandes características combativas. Tenían el agregado que además eran muy finos y cuando los dejaban ciegos se ponían más combativos y eran más temibles aún.
Ya para ese tiempo el Júpiter lo habíamos devuelto y en unos dos o tres años posteriores el doctor Ericsson le obsequia el Júpiter a mi tío Carlos León de la Fuente.
Ya teníamos crías del Júpiter con nuestras gallinas y en una conversación de todo el grupo de los Sauces mi tío Abelardo propone hacer unos cruces consanguíneos. Lo discutimos y hubo dos posiciones totalmente opuestas: la pesimista, en la que iban a salir animales fenómenos degenerados e inútiles y la optimista, que finalmente escogimos, que en base a hacer cruces interfamiliares haciendo una fuerte selección en los animales que nacían y eliminando los defectuosos tan pronto lo viéramos, saldrían animales superiores. El Júpiter nos mostró que era un padrillo excepcional, muy limpio genéticamente, pues no tuvo crías que tuvieran defectos visibles.
Para esa época ya tres de nosotros los jóvenes Sauces ya habíamos empezado a estudiar veterinaria y teníamos algunos conceptos de genética generales. Así rápidamente llegamos a los 3/4 y luego a los 7/8 . En 3/4 es que el Júpiter era padre y abuelo . Y en 7/8 sería padre, abuelo y bisabuelo. De esos pollos consanguíneos en 7/8 si hubo algunos que habían perdido cualidades del Júpiter, pero solamente utilizábamos a los que eran perfectos físicamente. Esto nos permitió prácticamente conseguir unos clones del gallo, no en color, pero si en cualidades combativas. Estos a través del tiempo nos sirvieron para seguir manteniendo esta excelente línea.
A través del tiempo seguimos manteniendo una consanguinidad estrecha y si bien incorporamos líneas nuevas de algún excelente animal , buscábamos de estos descendientes regresar a la línea de los consanguíneos Júpiter con lo cual refrescábamos la línea. En algunos casos sacábamos algunos
animales con características algo diferentes.
Los Júpiter a través del tiempo se han cruzado con múltiples sangres entre las cuales voy a recordar algunas. Los cruces con líneas orientales que nosotros le llamábamos los Tarzánes ,
los españoles del torero Antonio José Galán ,
los ingleses del Doctor Ericsson,
los gallos traídos de las Islas Canarias,
el gallo giro Peuco obsequiado por el criador Luis Berrios de Chile,
los gallos brasileros traídos por mi hermano Marco,
los Cubanos moñones Madrigal,
los Cubanos blancos,
los españoles del criador Joaquín Sánchez,
los Asiles Argentinos Crole,
los asiles iraníes,
los primeros portorriqueños y dominicanos venidos para las internacionales sobre todo los gallos del amigo Tony el taxista y del amigo Marcelo Sabatier.